Queremos compartir esta historia con ustedes y con esta página, ya que pensamos que es linda y triste al principio, pero con un final feliz.
Mi novio Frank acrecentó su gran deseo de tener un beagle hace aproximadamente un año, pero debido a su horario nocturno de trabajo era difícil decidirse para tenerlo.
Sabemos que entre los planes de Dios estaban que Luka viniera a alegrar nuestras vidas, y a poner a su papá en una rigurosa rutina de ejercicios, ya que le encanta que lo correteen y lo persigan.
Bueno, una vez que Frank se decide, buscamos a nuestro Luka. Lo fuimos a apartar con un mes de nacido, sus ojitos aun no habían abierto…., en realidad íbamos decididos a adquirir una hembra, pero en cuanto vimos a Luka dijimos: Sin duda, nos llevamos este. En teoría nos lo entregaban cuando ya tuviera aproximadamente los dos meses… pero para nuestra desdicha, Luka al ser el más pequeño de la camada muere por no estar bien alimentado.
Para nosotros fue una noticia muy triste.
Días después fuimos en búsqueda de nuestro tan añorado perro y encontramos a quien es hoy motivo de alegría, entretenimiento, y mucha felicidad en nuestras vidas.
Este es nuestro Luka Eduardo, es juguetón, chineado, y muy muy manipulador, pues come únicamente cuando su papá está cerca.
Recomendamos esta raza tan bella, la cual da, por lo menos a nuestro hogar, mucha luz y alegría.»
Efectivamente, son 45 días los que tiene que permanecer el cachorro en la camada, al cuidado de su madre y el criador. El contenido de esta historia se merece estar también en nuestra sección de «Antes de tener uno«, para que futuros dueños de perro aprendan, y comprendan lo importante que es tener dedicarle el tiempo suficiente a un perro, sobre todo en la etapa en la que aún es cachorro.
