Por nuestro blog han pasado muchas historias con perros beagles como protagonistas. Realmente es raro encontrar alguna página de nuestro sitio en la que no aparezca uno de esos orejudos. Creo que hay un denominador común en todos los correos que llegan a nuestro buzón, y no es otro que la alteración que provocan en la vida familiar estos cachorros. Bueno, en realidad cualquier cachorro, sea de la raza que sea, va a traer cambios a una casa, pero los beagles tienen algo especial. Un buen ejemplo de ello es Luna, una perrita beagle tricolor de México.
Un cachorro de beagle enseguida va a tratar de establecer vínculos estrechos con los miembros de la familia. No querrá dormir solo, preferirá estar acompañado, hará travesuras graciosas,.. En definitiva, ablandará hasta el corazón más duro. Así que si te aburres, o echas en falta algo chispeante, es bien sencillo: pon un beagle en tu vida!
Hola, me llamo Silvia y vivo en Monterrey (Nuevo León, México), y quiero compartir con ustedes una bella historia.
Una historia llamada Luna.Tengo una hija de 16 años, llamada Melissa, y en Febrero tuvo una mala experiencia. Al verla en ese estado platiqué con Isaac (mi marido) que «yo sabía que la llegada de un cachorrito alegraría la vida de Melissa«. Él me contestó lo que tantas otras veces, que no, que él se resistía a tener un perro en casa, puesto que a la edad de 7 años había perdido uno, al ser atropellado. Recordaba cuánto había sufrido, y prometió no pasar por esa experiencia nunca más.
Fue tanta mi insistencia, o tanto amor el que él nos tiene, que por fin aceptó.
La idea principal era buscar un cachorrito cocker spaniel miel. Estuvimos dos semanas buscando en el periódico, y tiendas de mascotas. Por fin nos citaron un domingo para ver los cachorritos. Cuando llegamos, sorpresa: no había ningun cocker spaniel.
En cambio había dos cachorritos hembras beagle, de 2 meses de edad. Cuando las vimos nos cautivaron.
Isaac me pidió que yo la escogiera, y al ver la cara de Luna, me enamoré de ella.
Hoy les puedo decir que en cuanto Luna llegó a nuestro hogar, Melissa recobró su alegría. Isaac recordó la alegria y espontaneidad que dan los perritos a nuestra vida. Hoy el tema central siempre es nuestra Luna.
Yo le puse así porque deseaba que llegara a iluminar nuestro hogar. Y efectivamente, asi fue.
Ver a mi familia así, amigos, no tiene precio.Como dato curioso: Luna a los cuatro meses de edad se salió de la casa y se la llevaron. La buscamos semanas enteras, yo siempre segura de su regreso. Por fin un mes después, la persona que se la llevó nos la devolvió, y con ella la alegria de saber que siempre nos recordó. Luna era nuestra.
Hoy tiene 9 meses de edad y es la consentida de la casa.Silvia Carrillo