Una beagle de México llamada Maya

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Es cierto que además de la responsabilidad que implica tener un perro en casa, nos exponemos a situaciones que pueden llegar a ser complicadas y nuevas, como la experiencia que esta lectora y su marido tuvieron que vivir con una cachorrita de beagle. Aunque sea la primera vez que se afronte tener un cachorro en casa, yo recomiendo dejar los miedos a un lado, pues todo en la vida conlleva su riesgo. Nunca se sabe qué tipo de perro nos va a tocar, y mucho menos a qué enfermedades tendremos que enfrentarnos.

Hola, soy Miriam, vivo en San Luis Potosí (México).

Hace 6 semanas mi esposo y yo visitamos una exposición de perros en nuestra ciudad y decidimos comprar un perrito Beagle. Con la emoción de la compra y el miedo de tener por primera vez a un cachorro con nosotros, partimos con él a casa. Debo confesar que tuve duda al día siguiente de haber hecho lo correcto (de haberlo comprado), pero la semana trascurría y con ello mi cariño por la cachorrita.

A la semana siguiente de la compra tuve una experiencia traumática y muy triste. Mi cachorrita de 2 meses se encontraba en el piso convulsionándose dramáticamente, y a la vez mostrándome una mirada de dolor, de miedo. ¡No lo podia creer, me encontraba ante una situación nueva y estaba aterrada! ¿Qué hacer?, con lagrimas en mis ojos la cargué en uno de mis suéter y partí con ella rumbo al veterinario. Fue el viaje más largo pues en el trascurso al Veterinario ella seguía convulsionándose. Aun habiéndole hecho todos los exámenes para descartar la causa de estos ataques, yo veía cómo se debilitaba. Yo estaba convencida que podia salir adelante, y de esta manera regresamos a casa con un tratamiento para esta enfermedad. Estuvo solo una noche con nosotros, y después de eso murió, tras una convulsión de casi 20 minutos.

A pesar de esta triste experiencia mi esposo insistía con traer a casa un nuevo perrito. Yo por mi parte me encontraba opuesta a esta decisión, pero al final de 2 semanas llegó a casa una cachorrita Beagle 2 1/2 meses, se llama Maya. Con la experiencia pasada traté de prestar más cuidados, le doy toda mi atención, dedicación y cariño. Ha cambiado mi vida, brindándome risas y haciéndome sorprender por cosas tan pequeñas, con la curiosidad que tiene al descurbir algo nuevo, o la mirada de sus ojos que le dice síiiiii a todo.

Pero ahora tengo un problema, ella acaba de cumplir 3 meses y se ha vuelto muy mordelona. Al principio pensé que era cuestion de juego, y así lo tomé. Jamás sin regaño alguno, permitiéndole hacer todo lo que quiera, esto debido a mi temor porque vuelva a vivir algo similar, me hace pasarle todo lo que hace.
Lo curioso de este comportamiento es que solo es con nosotros, mi esposo y yo, y con los adultos que ella conoce, ya que cuando está cerca de niños y con mis sobrinos es una adoración.

¿Qué puedo hacer respecto a esto? ¿Cómo educarla? ¿Aún estoy a tiempo?
Saludos

El asunto de los mordiscos de Maya parece que está también potenciado por el exceso de mimo de sus dueños. Miriam lo ha confesado en su mensaje, y por ahí se deben empezar a tratar. Todos los cachorros dan mordiscos, en mayor o menor medida, eso ya lo hemos explicado en más de una ocasión, el problema surge cuando el resto de la «manada» no actúa de la misma manera, es decir, devolviéndolo mordiscos (con la mano) al cachorro cada vez que actúe así.

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Martin
Martin
11 años antes

Es cierto que si nuestro perro actúa de alguna manera y nosotros no le llamamos la atención o regañamos , el creerá que está haciendo algo bien y lo seguirá haciendo, el educar al perro es algo parecido a un niño, en muchas ocasiones no se les regaña porque simplemente nos gana el corazón, cuando son chicos no vemos un problema pero cuando crecen de repente nos damos cuenta que si hay un problema y es cuando algunas personas incurren en el abandono, a una temprana edad del cachorro es mejor irle marcando sus limites, entre ellos el de morder, tal es este caso, solo ten siempre algo en mente PACIENCIA, los beagle en su mayoría son tercos y necios pero yo no cambiaría al mío por ningún otro perro, lamento lo del primer cachorro, a veces no entendemos el por qué de las cosas, ahora ha llegado Maya a tu vida y quiérela con todo tu corazón como ella a ti, el amor implica educación también. Saludos desde el DF, Mexico.